LA IGLESIA
El compromiso de la zozobra perforo mi voz
Desde que me abandonaste, nunca, jamás
volví a tener una señal digna en mí.
La borrasca fortalece los madrigales en la montaña
como lagrimas que limpiaran todo el paisaje.
Sedienta esta mi carne en llamas.
Mi cielo está encerrado en las ataduras de un amor
que se revuelca en el barro de nuestro llanto.
Ahora soy un mendigo en las calles que solía ostentar
Los cementerios de la ciudad me llaman y me rechazan
Tu sé mi guía, mi lanza y broquel
Aunque ya no estés…
Tu partida me ha rayado hasta los huesos
Pero vivo en la esperanza que la tormenta
rejuvenezca las flores de mi alma
Por ahora camino herido y vago sin rumbo
Desacelerando, hundiéndome,
engañándome a mí mismo
Y tú eres mi iglesia, destruida, en ruinas y abandonada
Yo llorando agua tibia como sangre
Yo agarrando aire con mi mano acompañante
Nuestras vidas nunca se unen
Nuestros pensamientos nunca se apartan
Soy mi calvario, no hay sitio que no me pese
Tu reflejo en mi memoria inquieta
de inmediato me arrastra de regreso
a mis últimos años de juventud.
Mi alma en esta hora desolada
Se agita hacia la tuya, yace sin voluntad.
Encuentro entre niebla
y piedras la ruina fantasmal.
Escuálidos son los harapos de este ensueño,
escuchando detrás de la puerta
sin comprender por que
entraba una melancolía a la alcoba
que inundaba mi cara.
Ahora brillara la luz de los adioses,
mirando el techo blanco con su resplandor muerto.
Siempre esa tristeza que me acompaña en la vida
como si fuera mi sombra,
esa que está noche me acompaña
escuchándote susurrante en la brisa
una vez más…
*******************************************
Soy invisible. Vivo dentro de mi...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Dime algo que te edifique y me ayude a mejorar tambien.