viernes, 17 de diciembre de 2010

MI OTRO YO VIENE DE OTRO (4)








H



Huí. Huí en mi imaginación, como lo hago siempre. Empecé a imaginar. Empecé a buscar en mis extrañas entrañas. Y así llegue entonces a un pequeño pueblo. Pequeña comarca. Un asentamiento. Las casas eran todas del mismo color. Un color que no se como se llama. No tengo idea. Todas las puertas y las ventanas están cerradas. No hay diferencia de una calle con otra. Calle muy chica, por cierto. Calle empedrada como un símil. Calle radioactiva. Calle botánica. Me quede entonces parado en el medio de la vía, colgado en las pequeñas terrazas de cada vivienda. Ni una señal de vida. Ni un respiro. Ni una sombra de abril. De repente creo escuchar un susurro. Un pequeño lamento. Y es que hay un niño escondido debajo de una banca. Esta mirando. Esta metamorfeandose. Me dirijo lentamente hacia el y sus ojos llorosos me miran curiosos y reflexivos. Otra ves los ojos. Siempre los ojos. Un silencio me cruzo y se llevo dentelladas de mí. Me tambaleaba un poco. Me recuperaba. Llegue a la banca y me agache para verlo más de cerca. Tenía un viejo muñeco entre sus manos. Un payaso con los ojos borrados. Traje desleído. Risa transparente. Dientes de plata. Tan triste como la mano que lo sostiene. El niño entonces, como un resorte salta y corre rápidamente por las pequeñas calles. Yo lo llamo pero no cede. Yo lo sigo y no cedo. Entonces cedo. Dejo que se vaya. El pobre esta asustado. No me di cuenta y el sol ya no esta. La luna tampoco esta. Solo un toldo oscuro y sin estrellas me cobija. Pasa una circunferencia de aire y me quedo quieto mientras transita. Respiro profundo. Estoy mas tranquilo. Estoy menos muerto. Camino por todas partes y en una hora ya he conocido todo el pueblo. No hay nadie. Esta vacío. Como yo. Me quedo sentado junto a la carretera esperando que alguien pase y me recoja de aquel sitio. Pasa una hora. Pasan dos horas. Tengo sed. Tengo sueño. Tengo todo lo que quiero. Me quedo dormido por momentos. Me despierto dormido. Tengo miedo. ¿Y que? No siento vergüenza de nada. El amanecer me sorprende en un flash violeta. Suena a lo lejos los cascos de un animal. También se agudiza la sinfonía de un chirrido. La alborada. Ya no tan violeta ni tan violenta. Es una carreta lo que se ve. Estoy salvado. Estoy atrapado. Me paro en la mitad del camino para que se detenga. Quiero estar seguro. Soy inseguro. Un anciano viene afanado y se queda mirándome. Esta investigándome. Esta despellejándome. Me hace una seña y yo me subo. Aprieta la rienda y avanza veloz. Como a un millón de años luz. Como a tiro de yegua. Yo le pregunto por ella. El mira fijamente hacia el camino. Como si no respirara. Como si no entendiera. Me quedo en vilo esperando respuesta. Dice que no le pregunte. Ella ya paso por ese pueblo. Ahora los que eran habitantes están muertos dentro de sus casas. Ahora son de cristal. Yo le digo que vi un niño. El me mira entristecido. Me niega con la cabeza y baja la mirada. Una lágrima se asoma. Un diluvio viene en camino. Todo se ha dormido. Estoy llorando por la mujer que ya no tengo. Soy un hombre que se esta quedando ciego y que ya se quedo sin amor.
Estoy solo.



I


Inmaculadamente volví de una de tantas veces del hospital y de inmediato me encerré en mi habitación. No quería pensar más en mí. No quería pensar mas en lo que me estaba pasando. Recurro a mi precaria ansia de fantasías y corrí en ellas. Entonces corrí y corrí hasta caer vencido. Corrí hasta alejarme del azul de aquel cristal. Corrí por ir detrás de ti. Caí vencido por estar detrás de ti. Vine como el río que se seco por debajo de la tierra. Vine como el día que se acabo antes de tiempo. Vine flotando, por purísima casualidad. Cada cosa es una boca loca llena de viento. Cada cosa que pierdo me recuerda a ti. Cada cosa pura, no es de la tristeza. Cada cosa estúpida que hago me recuerda lo estúpido que fui. Cada rostro que sufre me recuerda tu rostro. Cada dardo da en el blanco, si se aprende. Pequeñísimas cosas que no alcanzo a ver en la palma de mi mano. Pequeñas canciones susurradas en mí oído de invierno. Microbios no. No me gustan. No se por que no los entiendo. No puedo alejarme de la señal. No puedo dejar de recordarla con morbo. Con pasión. Con cansancio. Suena la vieja corneta de todos los días y me vuelvo a levantar. Es la misma maldita hora del desayuno y estoy sentado solo. ¿El cereal o una forma de vida? No tengo hambre y como. No tengo aliento y lloro. No tengo alma y vivo. ¿Las cosas que esperaron donde están? ¿Dónde esta todo lo que pedimos una vez? Todo es una mentira. Solo ella era real. Era irreal. No se que era. Ella estaba siempre sentada tocando su arpa y sus canciones me elevaron fácilmente. ¿Si?... Ella contaba los colores en su cuerpo con la gracia que la hacia un arco iris ante mis ojos. La violencia de su sexo con mi sexo fue la usina de la cual yo robaba luz cada día. Luz fantasma. Luz de revólveres disparados. Todos acertaron .Todos dieron en mi. Y me hirieron. Y me mataron. Y estoy muerto. Muerto por instinto. Muerto porque ella lo quiso. Muerto infinito. Después ella se fue hasta el fondo de un mar lejano y yo no la espere. ¿Quién fue el egoísta? Ella es tan extraña que siento que no se quien es y yo la conozco. Nadie sabe como es en su adentro. Es todas y es ninguna. Es enfermiza y no me gusta y no la amo. ¿No?... Pero soy de ella. Este viaje comenzó al salir en su búsqueda y el viaje termino sin ella. Ahora estoy en esta tonta colina solo como un idiota y el maldito rayo de sol no sale para que me alumbre. No me alumbra. No puedo creer que este hablando de esto. No puedo creer que mi mente haya creado todo esto. Simplemente, yo ya no creo…


VERDE



Empecé a escribir este diario a sabiendas que no podría hacerlo por mucho tiempo y en contra de los deseos de madre, que no entendía mi necesidad de hacer esto. Como yo no tengo vida me estoy inventando una que funcione para mi gusto. Siempre disfrute esas novelas donde todo era oscuro y melancólico. Siempre disfrute las canciones que hablan de lo que no se pudo superar. Esa muralla infranqueable: El amor, el dolor, el abandono, el recuerdo, lo inevitable. Eso quiero para mis recuerdos sin recuerdo. El doctor me dijo que escribiera mí día a día, así yo, de alguna forma, combatiría mi enfermedad nueva. Una mas para el montón. Sin contar con el hecho que de alguna manera mi esquizofrenia, paranoia, soledad y amargura, junto con los medicamentos para mi tumor cerebral, pastillas para la depresión y ese interés malsano en hacerme daño, terminaran enloqueciéndome mas aun, así que no se que saldrá de esta escritura, pero lo haré nada mas que por mi. Así si alguien lee este diario, yo lo engañare con algo que nunca ocurrió: Mi vida. Espero poder entender lo que pasa cuando llegue algún momento así, para ver si puedo detectar en sus caras que los he engañado. Para ver si puedo ver como es, borrarse la historia y pegarse otra, sin sobresaltos.


SI NO ENTENDIO EL TEXTO ANTERIOR VUELVA A LEERLO CON LOS OJOS CERRADOS



CONTINUARA...