viernes, 21 de diciembre de 2012

LA VIRGEN DEL CARMEN ELECTROACUSTICA (9 Y ULTIMA!!!!!!!)


HOLA A TODOS: Hata aqui publico este libro, que me gusto mucho como quedo,  espero que a los que lo lean, tambien les parezca, o les deje algo, alguna opinion, cualquiera que sea, es importante, buena o mala, lo importante de las obras es que esten vivas, y los adeptos o detractores hacen que asi sea. El resto del libro lo encuentran aqui:


O como siempre, dando click en la caratula del libro que se encuentra en la parte izquierda de este blog. Gracias a los que se tomaron el tiempo de pasar por aqui y leer. Gracias a la vida, al amor, a la magia. Les deseo felices fiestas de fin de año. Amensen y respetensen y cuidensen. El otro año nos veremos por aca, como siempre, con un nuevo libro.

SALUD!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

STAROSTA
(RAFAEL BEJARANO)










TUMBA DE MI (VERSION 2002)

Ahora vivo solo en este cementerio y no me siento solo. Tengo mi propia bóveda, es la 142. Creo que antes le perteneció a una anciana pero no se como se llamaba. Queda en la esquina inferior derecha del lote que tiene un ángel con unas golondrinas en la mano. Me gusta vivir aquí. En las noches de verano todo parece sumergido bajo el agua. Este lugar toma una atmosfera tranquila y azulada y sus residentes salen a caminar tranquilos y sonrientes. Salen a “Estirar las piernas” Según dicen, y yo me rio y les hago caer en cuenta que siempre las tiene estiradas y ellos se ríen conmigo.     Ya no me temen y yo no les temo a ellos. Recuerdo que llegue a este cementerio en una noche de lluvia inclemente. Yo venia de caminar mucho. Hacia meses, o años, bueno, no lo recuerdo ya, que había escapado de la vida que llevaba. Lo había dejado todo atrás: Mi familia, mi empleo, mis pertenencias, amigos, amores, olvidos, aciertos, errores, en fin, todo. Me canse de la rutina de mis pasos y decidí huir muy lejos.     Accedí gustoso a mis impulsos demenciales porque estoy loco. O por lo menos eso es lo que me gritan los niños cuando me ven. Yo camine a través de muchos kilómetros de una ciudad a otra, sonriendo feliz bajo la lluvia, comiendo lo que bien encontraba entre las basuras, lo que alguna gente me daba o lo que podía llegar a cazar. “Le tiro a lo que se mueva” Ese era mi lema de combate. Recuerdo que una vez en mitad de la carretera, cuando iba rumbo a un pueblo al que no quiero volver, encontré un perro dormido y yo lo mate aplastándole la cabeza con una gran piedra. Con una navaja vieja y oxidada que siempre cargo conmigo, lo despelleje, le saque los intestinos, lo ase a fuego lento al caer la noche y me lo comí. Al principio no me gusto el sabor, pero después de unas mordidas, me agrado, tanto, que hasta me chupe los dedos. Pero no me lo comí todo esa noche. No. Solo consumí una parte y el resto lo guarde en mi maleta de viaje: Una gran estopa que encontré en una fábrica abandonada, alguna vez. El perro me alcanzo para cuatro días de camino, y hasta hoy, es  mi plato preferido. Ah…Si supieran lo que el hambre obliga a hacer a un hombre no harían ese gesto ni pensarían mal de mí. Pero no hablaremos ahora de mis gustos gastronómicos, así que yo, seguiré con mi relato. Como les dije yo llegue a este cementerio bajo una lluvia terrible, y como queda a las afueras de la ciudad fue el primer refugio que encontré a mi paso. Al entrar, curiosamente lo primero que sentí fue una tenue calidez en mi cuerpo. Una paz indescriptible, a pesar de los truenos y los relámpagos. Estaba totalmente oscuro y solo los rayos furiosos que encendían el negro cielo me mostraban por instantes los pasadizos estrechos, que tenían impregnados ese olor de las flores muertas, y de las agonizantes también, bajo aquella tormenta. El suelo estaba cubierto de pétalos y de maleza, porque resulta que a este cementerio casi nunca viene nadie. Esta abandonado. Abandonado por la gente, porque los muertos nunca se han do de aquí, obviamente. A veces viene una que otra persona a visitar alguna tumba y eso es todo. Y es así porque construyeron otro cementerio al lado opuesto de la ciudad y ahora a todos los nuevos muertos los sepultan allá, y además, los muertos de este lado fueron enterrados hace muchos años y las nuevas generaciones, o no conocieron o ya no se acuerdan de los humildes habitantes de esta urbanización. Las flores que hay por aquí debieron de haber nacido de las semillas de las flores que la gente traía antes a este lugar, cuando era visitado y frecuentado por dolientes y demás personal. ¿En que iba? Ah…si. Yo iba caminando casi a tientas esa noche y el agua calaba en mi cuerpo su frio incontenible, cuando, de repente, vi esa bóveda abierta en esa esquina y no lo pensé mucho para meterme dentro de ella. Tenía un olor muy peculiar, y aun lo conserva. Huele como a madera, caoba, si no me equivoco. Pero también huele a cierto perfume. A jazmín, me parece mucho. Tal vez era el aroma de la antigua propietaria de esta suite. Yo se que era una anciana porque una noche se me apareció. Fue la primera vez que vi un fantasma en mi vida, y la verdad, sentí mucho miedo. Me encomendé a la virgencita electroacústica y cerré los ojos, así, bien duro. Pero entonces sentí como una caricia. La anciana me dijo que tranquilo, que ella ya estaba más allá de cualquier posesión material. Me dijo que saliera, que me iba a presentar a los vecinos. Yo estaba como asustado, pero salí a ver que era. Me presento a Don Ismael, el de la tumba que seguía a la mía. Se había muerto de un balazo en una pelea de borrachos, por allá en una vereda, lejos de por acá. Buena gente el hombre. Siempre me cuenta historias de terror que nos hacen asustar a todos, y yo me rio porque ellos son fantasmas… ¿De quien van a tener miedo? También esta doña Esther, que se murió de vieja, sola y loca, encerrada en una casa ostentosa. Pero dice que con nosotros la pasa muy bien. Mejor que en vida. Este Don Arnulfo, que lucho y brego con un cáncer que finalmente se lo llevo. Y eso le paso por estar fumando tanto. Dice que lo único que lamenta de estar muerto, es que ya no puede fumar. Pero yo le digo que mejor, que eso es un vicio malo.  Y así, muchos por el estilo. La mayoría es gente vieja, que vivió mucho, como debe ser. Y también esta Lucerito. Yo la vi y la verdad, creo que fue amor a primera vista. Es una chica de dieciséis, que se suicido porque el novio la dejo. Se mato con un veneno que se usa por acá para las matas de café. Cuando la conocí tenía la mirada triste y la cabeza gacha. Salía todas las noches, por ahí sola, y se sentaba a mirar las estrellas, sentada en un borde de la tumba de ella, que es la mas bonita de todo el cementerio. Se la mandaron a hacer los papas con mármol, y esta toda rodeada de flores, parece un jardín, en ese rectángulo en el suelo. Yo no me animaba a hablarle, hasta que un día, no se, me dio por hacerle la charla ala muchacha, a ver que pasaba. Ella me miro con esos ojos tan bonitos y me sonrió, y nos hicimos amigos y todo. Recuerdo que una noche estaba cumpliendo años una viejita, que es la más viejita de este sitio. Se murió de más de cien años. Y es lo mas de bonita esta vieja hijuemadre. Se llama Anastasia. Y bueno, hicieron la fiesta y yo saque a Lucerito a bailar y mientras todos aplaudían yo bailaba así: Un, dos tres, vuelta. Un dos tres. Y Lucerito y yo nos enamoramos. Al principio ella tenía sus dudas, porque claro, ella muerta y yo vivo…Imagínense. Pero yo la convencí con mis detalles, con mis palabras, porque uno también tiene lo suyo. ¿O no?

Y ya ha pasado mucho tiempo. La maleza inundo este lugar, porque ya no puedo hacerle la limpieza como antes. Llevo como una semana que casi ni he podido salir de esta tumba. Me siento enfermo, achacoso y cansado. Y es que los años no pasan en vano por uno. Lo que mas me tiene triste es que no he podido volver a verme con mis amigos ni con Lucerito como antes. Me he puesto viejo y acabado, mientras ella sigue igual al día en que la conocí. Pero ayer paso por acá, así de afán, cuando yo estaba en medio de unas convulsiones tremendas, a causa de la fiebre. Me dijo que ya no faltaba mucho para que yo me convirtiera en uno de ellos, y que eso iba a ser algo muy lindo, porque iba a poder conocer otras cosas y verlo todo de otra manera. Me dijo que de esta noche no pasaba y que me iban a hacer una fiesta de recibimiento, pues iba a ser miembro oficial de este “Barrio de los acostados” como le decía mi abuela a los cementerios.

Se me esta yendo la vista. Ya casi no puedo respirar. Lucerito me dijo que iba a ver una luz en un largo túnel. Me dijo que la siguiera, valiente y sin miedo. Ya la veo. Ya me esta llamando.

¡Ahí vamos!


****************************************


EL MUERTO CONFIABA EN SU GENTE Y EN CALAVERA.......