viernes, 9 de julio de 2010

UN MISIL EN TU PLACARD (3)



MILLONES DE AÑOS LUZ…

Yo le dije a ella: “No vuelvas” Yo le grite enceguecido y cansado: “No vuelvas sin razón” Y ella se fue. Ella partió con rumbo desconocido, sin brújula y sin caperuza de plástico. Yo tome mi ruta, la más inversamente proporcional que encontré en el directorio de las páginas amarillas y me dirigí allí sin voltear a mirar a ningún otro lado. Espero llegar pronto. Estaré a un millón de años luz de casa. Mis botas pantaneras son nuevas y están dispuestas a servirme fielmente en tan singular travesía. Mi poncho desleído de páramo me envuelve en un abrazo caleidoscópico mutante y me convierte en un tripulante virtual desterrado, tipo fin de los tiempos. Y cuando el mundo enmudece, es porque se queda sigiloso a ver que pasa. Entonces las promesas engañan y nos llevan a revolcarnos en el jardín invisible, en donde nunca estuvimos juntos y por donde nadie pasa. Pero yo se que estuve allí contigo, mi memoria USB cerebral tiene el archivo guardado y comprimido en WinZip de aquel encuentro. Por eso lo digo. Continúo mi vago recorrido hacia la nada imperturbable de toda estación o cambio climático voraz repentino y fulminador. Soy una mole inmodificable. Soy un terco sin remedio. Y en mi pasar por esta historia vi el fuego, luego vino el diluvio. Todo lo que puedo decir es que la nave de Noe volvió a partir en un sistema binario sensual, en grupitos chéveres de a dos. Lo demás debo callarlo, por ambigüedad y fetiche. Todo alimento que se ha consumido para este viaje es el que traigo en los bolsillos rotos de mi pantalón camuflado, y son las cenizas de una noche larga contigo. Esta noche también es larga, pero no gracias, estoy a dieta. Ella me hace mal. Ella se fue. Yo le dije: “No vuelvas” Yo estaré a un millón de años luz de casa. Yo vagare errante a millones de años luz de mi casa…


*********************************************



RETROIMAGEN

Baje corriendo al sótano del castillo completamente envenenado de ti. Debo tomar el antídoto contra toda rigidez mental, física y del alma. El viejo baúl de cachivaches stereo se negaba a dejarse abrir y yo tome mis cassetes y le di con todos los lados B que pude, pero nada. El veneno se apoderaba de mí con celeridad y el temor a seguir viviendo como un sonámbulo en aquella enorme fortaleza me hizo buscar un poco de calma en medio de los pliegues de la pared que se asomaban en mis ojos de loco en las noches que servían de protector de pantalla a la PC de Dios.

Las telarañas me vieron en esas e inmediatamente empezaron a desarrollar mitosis infinitas mientras todos los cigotos arácnidos explotaban chorreando los rincones húmedos de aquel sótano de jalea reproductora de araña. En pocos minutos todo quedo congestionado de suciedad y ahora las telarañas cuelgan de mí. Y aunque parezca poco tangible, también ocurría lo mismo en mis sueños.

No se cuanto tiempo estuve encerrado en aquel sótano de vieja data, pero cuando salí, todo se había convertido en cera, como si fuera un museo de esta resina. Mi corte, mis sirvientes, mis valientes soldados, todos como estatuas absurdas en un teatro absurdo embadurnado de tinta verde y amarilla. Yo corrí gritando como si eso sirviera de algo y las puertas de mi castillo estaban clausuradas y ya no se podía acceder al exterior. Tú no estabas en ninguna parte y eso me hizo sospechar en que yo tendría una muerte temprana. Desapunte mi capa roja y me hice una alfombra para poder salir despavorido, pero con estilo. Ingrese de nuevo al sótano y me encerré allí, a esperar lo peor. Todo era como un simulacro real. Una mentira verdadera. Una noche soleada. ¡Si tan solo pudiese yo encontrar un sitio afuera! Pero me deje el control remoto del TV de plasma de 42 pulgadas en la mesa de noche de mi habitación y no puedo cambiar la escena. Me palmotee la cara por ser tan tonto. Quería hacerme en mi alma control + alt + suprimir y borrarme por completo. Pero no pude. Fue entonces cuando mis ojos empezaron a percibir de nuevo imágenes retro las cuales empezaron a duplicarse en UHF hasta hacerme enloquecer. Golpeaba las paredes con fuerza natural pero eran irrompibles, como el vaso pitillo de uno de mis sobrinos más chicos. Todo era como una película de horror de bajo presupuesto, y eso hacia todo más horrible aun. Así era la trama de este film, que se parecía un poco a tu propio reflejo interno. Aunque pensándolo bien, nunca te he visto reflejada en un espejo. ¿Será por eso…?

Las horas pasaron silenciosas y el sótano de mi castillo finalmente se inundo con imágenes de tu imagen hasta dejarme completamente inmóvil. Sigo vivo, pero a tu merced, totalmente adherido a esas telarañas, que aun cuelgan de mi.


FUERZA GUSTAVO!!!