viernes, 25 de septiembre de 2015

NE ME QUITTÉ PÁS (4)






Rita salió corriendo de su casa con un pequeño morral al hombro. Estaba cansada de la sobreprotección de sus padres que la hacían sentir como si estuviera en un acuartelamiento permanente. No podía salir con sus amigos, ni siquiera con sus amigas, ni llamar a nadie por teléfono, ni tener malas notas en el colegio. Era una chica de quince años santurrona por fuera, pero con un febril sentimiento de ser una chica mala por dentro. Un día después de meditarlo mucho, sintió como si ese deseo se hubiera convertido en espíritu y ese espíritu la hubiera poseído por completo. Se levanto, tomo la pequeña maleta de ir a clases, empaco algunas pertenecías, subió al cuarto de sus padres y tomo algo de dinero y algunas joyas de su madre "Reliquias familiares" que guardaba con celo para su hija y que serian entregadas en el momento en que ella se casara para perpetuar la tradición familiar. Rita siempre las vio con algo de respeto pero ese día una sonrisa se dibujo en sus labios al pensar que en algunas horas terminarían en el  escaparate de cualquier vitrina de compraventa.

La noche cayó pronto y Rita empezó a sentir temor. El manto oscuro empezó a intimidarla y mucho mas el hecho de ver que las caras que había visto en el día se empezaron a transformar en rostros distintos al caer la noche. Los indigentes empezaron a salir por todas partes y las calles se empezaron a convertir en pequeñas comunas olorosas y decadentes. No tenia donde ir y para esas horas en casa ya sabrían que no estaba y que además se había fugado como una vil ladrona. No, definitivamente su casa no era el lugar, pero ¿a dónde ir? Pensó que con el dinero que llevaba podría alquilar alguna habitación en un hotel, pero no quería despertar sospechas como el por que una niña tan joven con tan poco equipaje estaba rentando un cuarto. No quería que todo el mundo le viera la etiqueta de "Niña fugada de casa de mama" en la frente. Estando en esas reflexiones no se dio cuenta de un grupo de jóvenes que venían en sentido contrario, ni menos cuando uno de ellos al pasar por su lado la estrello con la guitarra que llevaba colgada. Cayó aparatosamente al suelo, mientras los chicos se apresuraron a levantarla.

- ¿Estas bien nena? Lo siento no te vi. Dijo uno de ellos
- Vamos di algo. ¿O con la caída te comiste la lengua?- dijo el otro en tono burlón
- Imbécil... - contesto Rita en tono ofensivo.
-Tranquila...Solo era un chistecito para que te rieras. Me llamo Lucas ¿Y tú?
- ¡Que le importa!
- Bueno...ese es un nombre extraño...Austriaco debe ser
- Ya no la montes mas, déjala...Mira lo sentimos mucho, no nos dimos cuenta que venias, te podemos ofrecer algo, lo que sea, una gaseosa, una cerveza, lo que quieras, es como para pedirte disculpas...
- No gracias, estoy bien, ya me voy...
- Mira, estas calles a esta hora son peligrosas, déjanos al menos acompañarte a tomar el bus, ¿Te parece?

Rita se sentía intranquila con la presencia de los tres muchachos, que no eran otros que Max, Lucas y Josué, que venían de tomar unas cervezas y acababan de fumarse un porro compartido. Estaban ebrios y contentos y como todo buen ebrio, eran amigos de todo el mundo. La chica sintió vergüenza de decirles que no tenia donde ir, y el ofrecimiento de compañía, la hizo sentir tranquila en el medio de la noche. Finalmente accedió a que la acompañaran a tomar algún transporte a casa.

-Me llamo Max.
-Y yo Rita. Mucho gusto.
- Rita "Queleimporta". Tercio Lucas con voz enredada de borracho.
- Cállate idiota. - Le dijo Josué.
- ¿Idiota como el de Dostoievski?
- No. Idiota con patada en el culo... - contesto Josué asestándole un puntapié que lo mando de bruces al suelo.
- y eso es para que no vuelva a tumbar a las nenas en la calle...pendejo.
-Ah si...esto es una guerra. Contesto Lucas con una sonrisa parándose del suelo y correteando a Josué en mitad de la calle.

Las ocurrencias de los chicos terminaron haciendo reír a Rita que se sintió mas tranquila en el medio de aquel grupo. Bajaron algunas calles hasta llegar a la avenida principal, donde aun se veía presencia de transporte publico.

- Bueno, ¿Cuál bus te sirve? Pregunto Max
- Aquí pasan varios que me llevan a casa. Gracias por acompañarme.
- No, yo te dejo cuando te subas al bus, antes no.
- De verdad aquí me pasa transporte súper rápido. No te preocupes...
- Si pasa tan rápido, entonces no hay problema si esperamos contigo.

Rita empezó a fingir que miraba con interés los buses que pasaban en la falsa espera de tomar alguno que le sirviera. En su infantil inexperiencia no sabia que decirles para que se fueran. Los chicos encendieron unos cigarrillos y empezaron a bromear entre ellos mientras el tiempo y los autos seguían pasando. Transcurrió alrededor de media hora.

- Menos mal es "Súper rápido" que te pasa transporte...- Dijo Lucas en tono burlón.
- Bueno...es que...la verdad, no tengo donde ir.... me escape de la casa hoy....siento mucho hacerles perder su tiempo, pero ya lo saben, así que...ya se pueden ir...yo me las arreglo sola...
Exclamaciones y silbidos salieron de las bocas de los jóvenes. Fue entonces cuando Josué dijo.
- ¡Maldita sea! ¿Y por que no hablaste antes? Vamos y te quedas en mi casa....hace rato estaríamos allá. Y yo aquí aguantando frio...
- Claro...como es ella si "Vamos y te quedas en mi casa" pero la otra noche que no me dejaron entrar a la casa por llegar tan tarde le pedí que me diera posada y me dijo que eso me pasaba por andar perdiendo el tiempo en la calle de noche con mi "filosofía trascendental" y otras historietas mas... - Reprocho Lucas.
- Sin escenas de celos... -  contesto Josué riéndose. Mas bien encendamos otros cigarros...
- Mira yo te agradezco el ofrecimiento, pero no...Me da pena...mejor me quedo por acá y después pienso que hago.
- No le des mas vueltas. Dijo entonces Max.- Es lo mejor que puedes hacer. Pasar la noche sola en estas calles es un error del que te puedes arrepentir toda tu vida. Quédate esta noche en casa de Josué con nosotros y mañana piensas con calma que vas a hacer.
- ¿Nosotros?... ¿Y en que momento los invitaron a "Mi casa" que no me di cuenta?
- ¿Entonces a donde mas nos vamos a tomar el vino?
-¿Cuál vino? Contestaron a dúo los otros.
- Pues el que voy a comprar ya mismo en esa licorera...ya vengo. Contesto Max entrando a comprar el licor.
- Ese es otro cantar... Contesto Josué.
- ¿Cómo el del mío cid? -  Pregunto Lucas.
- ¡Este marica! Replico Josué propinándole otra patada al pobre analogista de novelas.

Finalmente llegaron a casa de Josué y se instalaron en la sala. Max destapo las botellas de vino y empezaron a tomar. Como no había nadie en su casa, Max se sintió tranquilo de poder pasar la noche con los demás sin tener que dar explicaciones a nadie al siguiente día. Rita, escapada, empezaba a sentir igualmente esa libertad. De Josué, ni hablar, así vivía ya por bastante tiempo, y en cuanto a Lucas, en su estado de embriaguez todo le daba igual. Con algunos tragos era un tipo lucido y un intelectual, pero si excedía el limite era un bufón de poca monta y todo rasgo de inteligencia quedaba profundamente dormido en lo mas profundo de su ser. Todo muy normal, pues así era la época.


Después de algunos tragos, Rita se desconocía a si misma. Empezó a elevar el tono de voz y termino hablando sin parar acerca de su aburrida vida en el colegio y al lado de sus padres. El vino, algo que nunca había tomado, le hizo hacer algunos gestos al principio, pero luego empezó a beber desaforadamente. Se embriago rápido y termino profundamente dormida en uno de los sillones. Los demás encendieron un poco de yerba y la fumaron en silencio sumergidos en sus pensamientos alucinados. Excepto por Max, que se quedo pensando en el por que se había ofrecido a comprar mas botellas de vino gastando mas de lo que tenia presupuestado en licor aquella noche, y se sincero con su conciencia al descubrir que lo hizo porque no quería que Rita se quedara sola con Josué, y no por un sentimiento protector  o porque su amigo fuera un depravado o algo así, lo hizo porque inconscientemente en ese momento sintió celos...La chica, con su mirada dulce y su blanca piel, le gusto desde que la ayudo a levantarse del suelo, y el estar allí en esa casa esa noche era para cerciorarse que  ninguno de sus dos amigos se le adelantaran con ella. Y eso lo hizo sentir mas tranquilo. Josué también se dio cuenta de todo lo ocurrido, a pesar de la acción. Pero el también se dio cuenta de que la chica le había gustado, ya que si no hubiese sido así, el no le hubiese ofrecido estadía a ninguna persona extraña, pero cuando se dio cuenta de que Max había organizado todo para no separase de Rita, decidió simular su contrariedad y actuar como si nada le importara. No quería demostrarles a los chicos que le estaban estropeando sus planes de quedarse a solas con Rita y a ella que le había gustado de entrada también. Ya tendría tiempo de ver como organizaba sus ideas...


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NO SOY LO QUE PAREZCO. Y USTED TAMPOCO...