viernes, 5 de febrero de 2010

EL JARDIN (21)




EL HOMBRE DEL OLVIDO

No me toques más las manos. Mañana me voy y no hay mas vuelta. Ese viejo buque zarpara a tierras olvidadas. No hay más ansias. Soy chico de campo, pero ya olvide arar. Olvide como es una noche allá, bajo estrellas de musgo y abono. Soy el hombre del olvido. Soy el hombre de los cien años vividos. Sin lugar y sin retorno. Este buque ya se va. El atardecer se aleja lentamente sobre vientos de seda y pesca con su red nocturna, a los que se quedaron. Yo estoy muy despierto. Soy el hombre del olvido. Soy el futuro envuelto entre tinieblas. Como la luna que ahora nos da vueltas, buscando a puk y las hadas. Un largo viaje de penumbras que no se dejan alumbrar. Lago inquieto de formas múltiples que se recalcan en el reflejo inundante de un corsario pertrechado y hundido en su propio almizcle de tallos y raíces muertas. Sueños con insomnio que se pasean nerviosos y descontrolados por nuestras sienes, noches enteras. Soy el hombre del olvido. El mismo que tu, ya olvidaste.