viernes, 2 de julio de 2010

UN MISIL EN TU PLACARD (2)

* Esta entrada va dedicada con mucho cariño a Carola Alvarez Solá




MI TELE – K

El tocadiscos de la casa de la abuela a todo pulmón estallándose con el vinilo aquel de los sesentas que me dice detrás del muro de sonido: “Let it be” El tarrito rojo de Cola granulada se me cayo de las manos y mi chica me dice: “Déjalo sacudirse bien” Yo la miro divertido y le pregunto: “Cual es el truco” Y ella me contesta: “No hay trampa en esto” Nos recostamos en el sofá mullido de la sala y ella sirve la poción en dos grandes tazas humeantes. Me besa rápido en la boca y se quita los zapatos, arrojándolos lejos de ella. Lo que yo no vi es que ellos se pusieron de pie después de rodar y se fueron corriendo escaleras abajo. “Ya vas a ver como tu cuerpo se abre” Me dijo mientras me pasaba la taza con cuidado de no quemar sus dedos. Yo me quedo derivando y ella sin más ni más larga un sorbo largo de la bebida. Yo, por no quedarme atrás y que ella piense que yo soy un cobarde, hago lo mismo. Nos quedamos entonces ahí, quietos, mirando al frente, esperando la reacción. Solo alcanzo a escuchar a mi chica que me dice en medio de la música: “No esperes mas de mi”

Todo se empieza a mover desordenado en la sala: La mesa de centro vuela enloquecida y los cuadros de la pared van haciendo fila en un baile frenético, detrás de los bombillos de las lámparas que se desenroscaron furiosos de ritmo y sonoridad. Es la telequinesis entre ella y yo. Todo es telequinesis entre los dos. Yo le digo: “Moverás los brazos y tu cadera.” Ella me dice: “Y moverás tus pies” Y así empieza un ritual entre los dos, mientras todo gira sobre nosotros. Los decibeles aumentan y las paredes se quiebran y los pedazos que caen se suman al torbellino que se hace cada vez más y más fuerte, hasta hacernos perder el control. “Ya vas a ver como tu cuerpo se abre” Me grita ella y entonces es cuando todo enloquece y la casa se viene abajo, el tocadiscos ya no existe y la violencia del sonido viene de no se donde. Ya no puedo ver a mi chica porque todo esta girando demasiado rápido. Cierro los ojos presa del vértigo y solo una frase retumba ahora en mi cabeza donde antes existía la música, el sonido y la compañía:

No esperes más de mí. No esperes más de mí.
No esperes más de mí. No esperes más de mí.
No esperes más de mí. No esperes más de mí.
No esperes más de mí. No esperes más de mí.




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LISA


Lisa ahora tiene un divertido amor de ultramar. Lisa tiene alma compacta y subacuatica que la lleva por corrientes inimaginables en la profundidad cristalina de las aguas en donde ella respira siempre inquieta de aprender. Lisa brilla en la oscuridad ya que por una extraña reacción dérmica con el agua salada, su cuerpo ahora resplandece por las zonas más oscuras del acuario infinito que es su mundo regido por Poseidón, el dios empapado y final, que nunca esta atento de lo que ella hace. Lisa ahora tiene un amor joven, que la lleva a correr con piernas vigorosas por el sabor de la primera vez, que la hace volver a aprender a respirar, pues de tanto estar con él y amar, ya hasta eso se le olvido. Lisa lleva un maletín naranja colgado en su espalda con la imagen de Aquaman en el que lleva un par de aletas extra, por si hacen falta. Para ellos siempre fue divertido correr. Era como si detrás de sus pasos las huellas que los perseguían estuvieran a su vez dejando el mundo que ellos conocían detrás. El portal nonadimensional que creaban con su acelerada e inagotable marcha a través de la superficie resbaladiza del fondo del mar creaba una nueva clase de atmosfera, que por alguna causa – efecto de impregnación físico - molecular comprimía sus pies y en el embalaje irregular y aterciopelado terminaban en la luna, y de esta manera, lisa era una chica lunar…

En la luna ella y su amor de ultramar se divertían saltando y dando tumbos por los cráteres y los alunizajes dudosos de la humanidad que dejaban huellas del primero que piso la luna, pero la banderita no estaba, ni el coche lunar, solo algunas mantarrayas cósmico - burguesas que se entretenían en corretear a Lisa y a su amor por el lado oscuro de la luna, en donde encontraban en ciertas ocasiones a unos muchachos que se hacían llamar Pink Floyd y que según ellos, estaban inspirándose para un disco. La nave de los supersónicos siempre justa a las 2:30 PM pasaba por la entrada de la nada lunar y ellos saludaban levantando sus brazos al firmamento entretenidos hasta que esta se perdía a lo lejos. Entonces lisa tomaba de la mano a su amor y se iba a buscar a las mantarrayas. ”Enséñame mas tu habilidad de nadar” gritaba feliz cuando lograba montar una y esta transitaba indecisa por el mar de la serenidad. Él hacia lo que ella hiciera, pues Lisa era su espejo y reflejaba lo que el era, y al igual que para ella, para el era muy duro volver a aprender a respirar.

Después se quedaban en lo más oscuro de una gruta lunática y se dejaban guiar por los sonidos de la galaxia hasta que sus manos encontraban sus cuerpos, sus caricias, sus relieves y en medio de la más absoluta intimidad se entregaban incontenibles hasta nadar de nuevo en otro mar: El de la fertilidad. En medio de espermatozoides y óvulos, en una inmensa ola de semen que envolvía las entrañas de Lisa, la cual jadeaba y sonreía a la vez, enamorada y eterna, completa y frágil, entre los brazos de su amor de ultramar, y después de todo eso, se quedaban abrazados, el encima de ella, encapsulados en el silencio visual que era la fauna abisal que en medio de su viaje de retorno a casa iba reflejando el color del sol…



FUERZA GUSTAVO!!!