viernes, 11 de noviembre de 2011

PARA NADIE (18)


En un lugar muy alto nacieron mis sueños en un atardecer y se mecieron suavemente en el aire que era mi niñez. Yo cerraba los ojos y los veía y no sentía temor de que mis sueños se cayeran. Solo los veía allí, como algo precioso que algún día lograría alcanzar, cuando yo creciera.

La cuna se hizo pequeña y pude por fin usar mis pies para recorrer la enorme distancia que me separaba del mundo real. Pero tropecé mucho y un golpe en mi fatal infancia me hizo sentir miedo de avanzar. Pero seguí, entrecerrando los ojos y sin saber…

Y así camine por atardecer e inviernos intentando alcanzar mis sueños, pero cada vez se hicieron mas y mas caprichosos y lejanos hasta que los perdí de vista. Ahora camino con la cabeza baja, porque me canse de levantar el rostro para buscar los sueños que ya no se pueden ver, y el sol seco mi rostro y enrojeció mis pupilas.

Por eso ahora me gusta mirar mis pies. Porque todo lo que piso, es mi universo. Y es todo el mundo que conozco. Y para mí, no existe nada más que ese mundo. El mundo que esta bajo mis pies…




REBOBINE SU CABEZA AHORA....