viernes, 29 de enero de 2010

EL JARDIN (20)



CAMIONETA

Manejaba mi camioneta y me estrelle aparatosamente contra tu muro. Hecha latas retorcidas, quedo mi camioneta y tu ni siquiera asomaste a la puerta para ver que habia pasado. Las llantas se quemaron y el caucho encendido, recubrió de humo negro tu casa, pero tú dijiste: No te amo. Vete a la mierda. Y yo fui. Te juro que fui. Y creí en ti, hasta que presentí, hoy, que creo, que no vas a volver…Pero en este lugar yo estaré, junto a la chatarra de mi camioneta, esperándote. Y si yo no estuviese aquí, es porque te estoy buscando como un ciego sordomudo e invalido, en otro lado. A ti no te cuesta un carajo, ser mi dueña y abandonarme, para jugar con mis sentimientos, ¿Y sabes por que? Yo te diré: ¡Porque eres una perra hija de puta! Llenaste de horror mi pecho y ahora te entretienes viéndome arrastrar, mientras la gente me ve y no comprende y me dicen: eso no esta bien, pero yo como un imbecil vuelvo por otra dosis de desprecio tuyo, porque si, soy adicto a ti. Eres una puta, yo lo se. Te acuestas con todos, porque te entretiene ser así. Eres una ninfomanía enferma y eso me parece tan encantador, que respiro a través de tus bragas indecentes, solo por voyerismo magnificado. Eso que tienes tan lindo, es a la vez, lo más horrible de ti. Y yo así, con la camioneta hecha trizas en la entrada de tu casa, que es un lupanar de perros. Cada noche que pasa, me siento mas mal, y me recuesto en el piso frio, porque me da mareo. Me alegra saber que por el contrario, tu estas bien, y eso es suficiente para mi. Soy un maricon por entretenerme destruyéndome por tu culpa, pero me gusta tanto sentir esa erección en mis pantalones cuando me muestras tu senos y tu ropa interior por la ventana…Se lo que eres, y no me importa. Nadie me va a convencer de lo contrario y me trago mis lágrimas con sapiencia, cuando llevas a otros tipos a tu habitación. Contengo la respiración, pero descanso cuando se van. Yo te hice así. Aprendiste del mejor. De mí. Te amo, por favor ni te vayas. Déjame aquí tirado, pero contigo. Te suplico que me dejes amarte y verte. Golpéame como un boxeador. Cogeme como a una perra. Pero nunca me digas adiós…