viernes, 29 de julio de 2011

PARA NADIE (3)






Suavemente me hago transparente en un La menor y tomo la luz del día como excusa para esto. Y no me importa si mi cabeza rueda lejos por la guillotina de la opinión general, que es siempre la más horrible. Los ojos rasgados de los intoxicados por la falsedad alumbran lo superfluo que me acorrala y que no me importa, porque siempre desafino al terminar el día. Mi vida se me sale de las manos un metro más allá de donde puedo llegar. Un halo santo me devuelve la conciencia disonante en un cofre sin macula al que él llama: Corazón. Dibuja con la punta de su pie el sendero por donde irla a buscar cada vez que se me pierda de nuevo, angustiado entre corcheas, miedos y cadenas. Y eso es algo que seguro pasara. Y las sombras pasaran. Y las nubes también. Y las aves. Y los días. Y los mares. Cuando la noche se esconda de nuevo en su rincón retrocederé por el camino andado. Probare un viejo acorde. Me hundiré en charcos de tristeza. Y preguntare:


¿Dónde está el amor?


So hayattir…


Y vago solo en otros lugares, y no acuden las ganas de volver. Y abro otras puertas y no quiero entrar. Y se abren nuevos senderos y no quiero regresar. Y busco aguas transparentes del desierto, sin quererlas probar. Y desde aquí puedo ver todo el mundo en una coda y suelto las gruesas amarras de enormes nudos que me atan el alma, lejos de mi. Y cuido siempre que no se borren las huellas que me acompañaron hasta aquí, lejos de mi. Y rasguño las heridas que tardan en cicatrizar, lejos de mí. Y recuerdo todos esos rostros que han pasado por mi vida, lejos de mi. Y la vieja melodía sigue zumbando, lejos de mí. Y me sumerjo entre olas de penumbras. Y pregunto:


¿Dónde está el amor?


So hayattir…



Mi transitar sigue, por donde nunca voy.



(Instrumental de pena)


Bis.







REBOBINE SU CABEZA AHORA...