viernes, 22 de noviembre de 2013

TREN



HOLA A TODOS

Como una costumbre, vicio, o adiccion incontrolable, para mi, estare ofreciendoles en algunas entradas de lo que resta de esta año, mi nuevo libro titulado TREN. Espero les guste. 

Gracias.

STAROSTA
(Rafael Bejarano)

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HABIAMOS SEMBRADO EL SUELO DE SEMILLAS


Habíamos sembrado el suelo de semillas. Yo había puesto el deseo y la voluntad para que germinaran mis semillas y crecieran hasta tocar el cielo. Habíamos sembrado el suelo de semillas. Teníamos todo listo para recoger la cosecha y alimentarnos por siempre de los frutos cuidadosamente cultivados. Habíamos sembrado el suelo de semillas. Recuerdo bien que yo revisaba diariamente aquel cultivo para que nada saliera mal y guardaba para mi, algunos sueños que tenia sobre el futuro de mis días después de que brotara el sembradío. Habíamos sembrado el suelo de semillas. Ella había decidido que clase de semillas pondríamos y yo acepte sonriendo siempre y con mi corazón puesto en la esperanza de su sabiduría. Habíamos sembrado el suelo de semillas. Recuerdo como ella cerraba los ojos e imaginábamos aquel suelo floreciendo sin para año tras año mientras nos tomábamos las manos y nos abrazábamos orgullosos del trabajo realizado. Habíamos sembrado el suelo de semillas. Cuando llegaban los vendavales con su furia incontenible, yo abría mis brazos y cubría todo lo sembrado, apretando fuerte, muy fuerte mis dientes para que ella no se despertara en esas noches de lluvia y pudiera dormir tranquila, sin preocuparse por esas tormentas. Si tan solo yo le hubiera enseñado como protegernos de esas ventiscas, ella habría aprendido como hacerlo para cuando yo no pude estar allí. Pero no lo hice. Habíamos sembrado el suelo de semillas. Ella calculaba el tiempo para el riego y estaba siempre pendiente de los cambios lunares y del clima, así como de los vientos y de las malezas para que yo pudiera correr y vivir en el mundo lleno de fantasías y de unicornios fluorescentes donde ella me había llevado. Habíamos sembrado el suelo de semillas. Muchas veces vino gente extraña a convencernos para que vendiéramos nuestra tierra o la intercambiáramos por cosas hermosas y llamativas: Casa, negocios, trabajos en el extranjero, lujos, y un sinfín de ofertas vacías mas, pero estábamos tan seguros de que aquel cultivo era todo lo que necesitábamos para vivir que las rechazamos todas. Habíamos sembrado el suelo de semillas. Ella había dejado su exitosa carrera y su prometedor futuro en el mundo banal del dinero y de la alta sociedad y yo había dejado de rodar por los caminos salvajes de mi soledad y de mis ideas alocadas. Había dejado de pensar en la fama y en las luces llenas de colores y sonidos, todo porque juntos habíamos encontrado, al encontrarnos a nosotros, unas semillas que decidimos poner en nuestras tierras y nos sentimos seguros de lo que hacíamos por la confianza y el empeño hermoso de aquel noble ideal. Habíamos sembrado el suelo de semillas. Si. Las habíamos sembrado. No se que paso…




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Todo se ha calcado a si mismo, nada busco ya sin pasos....