viernes, 28 de diciembre de 2018

ELISE (6 Y ULTIMA!!!!)


Hola a todos:

Hasta aca publico este libro llamado Elise. Si quieren leer el resto del mismo o descargarlo, pueden hacerlo en la siguiente dirección:






O como siempre dándole click a la caratula que aparece a la derecha de este blog.

Muchas gracias. Felices fiestas. Les deseo un buen 2019. Lo mejor aun esta por venir !!!!!!





Margot, como otros tantos de cientos de novias anónimas, contenía casi todas las cualidades de esta clase de mujeres entregadas y correctas a pesar de gustarle la vida nocturna y los paseos, pero Lian no era el hombre que ella necesitaba, feliz de ver que su esposa era una profesional o encantado de llegar a su casa y encontrar todo limpio y en su puesto, como una postal de una revista de modas o farándula. Él era un hombre complicado y ella en el fondo lo sabía, pero estaba enamorada de Lian por una razón que ella no podía explicarse y eso era suficiente para hacer de ese coctel de emociones un verdadero desastre.


Su novia cocinaba delicioso, era una hija ejemplar, tenía exquisitos modales, tocaba la guitarra dulcemente, era excelente estudiante y tenía algunas virtudes más, pero para Lian esas cosas no demandaban mayor atención de parte de él, más allá del hecho de que Margot era excelente en la cama y era lo único que le atraía, por usar una palabra, de ella. Decía que una casa limpia o una mujer de mostrar no tenía nada que ver con el amor, y bajo esta premisa había decidido que Margot no sería la mujer de su vida. El quería otra cosa, aunque no sabía que era.


De igual forma se burlaba de los supuestos amigos que frecuentaba, cuando le decían que se estaban enamorando de sus novias. Les reprochaba el hecho de sentir amor por alguien a quien el consideraba “Una persona ordinaria” y les recordaba la cantidad de mujeres interesantes que andaban por allí, esperando ser tomadas. Se entretenía en hacerle imaginar a sus amigos lo aburrido de una vida llegando día tras día a un hogar a ver siempre a la misma persona y el horror de ver como esa figura deseada empezaba a envejecer ante sus propios ojos hasta convertirse en un adefesio, física y sentimentalmente. No entendía los hombres que alardeaban de tener esposas. Le parecía una soberana estupidez, aunque su anhelo era encontrar alguien con quien compartir su vida, así no se lo confesara abiertamente a nadie. No podía vivir sin alguna ilusión.

Imaginaba a sus compañeros pasados unos años, ya con la certeza de haber cometido un error al casarse y deseosos de escapar de esa vida e irse a vivir con la amante. De hecho algunos ya se habían casado hacia algún tiempo y el percibía los inicios de esas intenciones en algunos. Salían a beber los fines de semana y el alcohol los empujaba a confesar el aburrimiento de la vida conyugal y el deseo febril por otra mujer más joven, algunos incluso terminaban cortejando a chicas solitarias, buscando tórridos romances pasajeros. Consideraba de igual manera que las esposas no era que estuvieran en una situación mejor: Las imaginaba totalmente desdichadas, presas de otras pasiones inconfesables, deseos de aventuras sexuales, curiosidad de otras relaciones, al igual que sus esposos, pero ellas lo disimulaban mucho mejor mientras vivían totalmente encerradas en su inescrutable interior.

Lian definitivamente no sentía nada por ninguna de sus amantes, pues a pesar de estar con Margot tenia aventuras fugaces con otras, algunas de ellas tremendamente bellas. Le gustaban las mujeres blancas, de cabello rubio o muy oscuro, con facciones finas, ojos grandes y labios carnosos. Y el desgraciado tenía la buena fortuna de dar siempre con alguna mujer así pero siempre terminaba lleno de desdén. Él lo hacía porque sentía que el sexo sin amor no era suficiente, y era el amor lo que no había encontrado en ninguna de estas mujeres.


Por su parte Elise estaba entretenida en otros asuntos. Casi todas las mujeres con las que salía Lian pertenecían a estratos medios. Eran el producto de hogares de empleados que siempre vivieron así y estos a su vez heredaron este estilo de vida de sus padres y así sucesivamente.  La clase media trabajadora que sueña con darles a sus hijos la oportunidad de un futuro mejor pero que terminan fallando en el intento. No por esto sus hijos sentían que pertenecían a este grupo social y siempre piensan que son mejores que sus familias, estas mujeres eran las favoritas de Lian, pues ellas, en su afán de mostrarse más de lo que eran, se convertían en presas fáciles de la manipulación.  Pero Elise no era de este grupo. Venia de una familia bien acomodada, su padre era un abogado exitoso y prestante, y su hijo mayor siguió el mismo camino. Ella era la única hija y para colmo la menor. Era la consentida del hogar. Su madre era ama de casa y mantenía todo al día, y ella solo se interesaba por sus pasiones: La pintura y la música. Era una burguesita con deseos de ser bohemia, pero en el fondo solo deseaba seguir la tradición familiar: Vivir bien.

La finalidad de muchas parejas es finalmente casarse. La finalidad de muchos hombres es engañar a las mujeres, y casarse llevándose alguna ventaja o beneficio en el acto. La finalidad de muchas mujeres es casarse con un hombre que este a la altura de las expectativas, no de ellas, pero sí de sus familias o su entorno social. Algunos sienten que se casan por amor, pero en la mayoría de estos casos es gente de escasos recursos que más que amor, buscan compartir con alguien la miseria de sus trágicas vidas, y en la mayoría de los casos estas uniones terminan invariablemente en infidelidades  y violencia doméstica, hijos producto de hogares rotos y un circulo interminable de vendettas y traumas familiares.


Elise veía todo este panorama actual de relaciones con algo de confusión. Por un lado deseaba desarrollar su vida en una actividad de superación personal donde una vida de casada o una maternidad no eran de su apetencia. Pero a la vez quería las cosas tradicionales con las que había sido educada: Estudiar, ser profesional, casarse, tener hijos y continuar la estirpe. Había perdido la virginidad al salir del colegio y por una temporada tuvo una vida de promiscuidad al entrar a la universidad. Pasado el tiempo se aburrió de esto y empezó a ver a los hombres como una compañía que le apetecía, por lapsos de tiempo no muy largos, pues al igual que Lian, sus parejas la aburrían después del torrente pasional que le generaban. Era una mujer cariñosa y le gustaba generar compromisos pero cuando las cosas empezaban a tornarse un poco más formales buscaba excusas para terminar las relaciones. Vivía en una lucha interna, pues sentía que era joven y debía vivir más, pero el poder elegir la hacía sufrir, pues íntimamente temía que por estar en ese plan dejara escapar algún buen partido.
Elise se veía con Lian de vez en vez en la universidad, pero con el tiempo empezaron a cruzarse más, ya que ella termino siendo novia de Arlan, estudiante de música y frecuente participante del grupo bohemio al que pertenecía Lian. Para él fue una sorpresa empezar a ver a Elise los viernes en la noche y secretamente sufría al verla junto al otro muchacho, pues él sentía que ella debía pertenecerle. Lian se encontraba mucho más interesante que Arlan, y se recriminaba constantemente el hecho de no haber cortejado a Elise antes que el músico que ahora salía con ella. La envidia le corroía las entrañas, pero no dejaba ver nada a los demás. Conversaba con ellos indiscriminadamente y de temas que giraban siempre en torno a la música y la pintura. Nunca de otra cosa.

La gente cuando interactuaba con Lian solo tenía dos opciones: O lo aborrecían o se volvían amigos. No había términos medios. Lian era capaz de manejar una impresionante elocuencia o de pasar casi desapercibido, según sea el caso. A muchas personas esas cosas le intrigaban, así como el hecho de ser capaz de hablar de temas cultos y profundos como de cosas superficiales y tontas, siempre animada y deliciosamente.



Lian por su lado lo sabía y le encantaba manejar esos estados con un nivel de tensión tremendos, pues sabía que especialmente con las mujeres le salía bien, Las chicas siempre estaban tratando de descifrarlo y él siempre jugaba a no dejarse leer, ese era el juego de seducción que llevaba a Lian siempre a buen puerto con las chicas. Durante estas conversaciones Elise también empezó a notarlo, así como el hecho de que el la mirara de reojo y se quedara observándola, para luego bajar la mirada y tomar el vaso de cerveza. Ella se dio cuenta que le gustaba a Lian, pero ella lo veía como un tipo más bien raro, y no muy del tipo de hombres con los que ella habituaba a salir, y como el jamás hizo ningún intento por acercarse a ella más allá de aquellas reuniones casuales con amigos, termino ignorando el tema. No así Lian que buscaba la forma de descifrarla y saber por dónde entrar a atacar. Sabía que la tenía difícil, pues Arlan era un gran tipo, incluso le caía bien a el mismo, pero soñaba con estar con Elise, y ese deseo se fue incrementando conforme pasaban los días. 



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Quiero conocer tu mundo....ese del que tanto hablas

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