El cuarto estaba cerrado con llave y las ventanas tenían puestas las trancas. La luz se había ido y la medianoche estaba más oscura que nunca. Ella sabía que estaba sola en su habitación. No tenía nada que temer. Respiro profundo y exclamo en medio de las tinieblas: “Tranquila” Entonces escucho una voz que le dijo: “Bueno”
REBOBINE SU CABEZA AHORA...